Para obtener el certificado energético necesitas que un técnico haga una evaluación de la vivienda a certificar. Lo que se hace es evaluar todos los factores que intervienen en la demanda energética y el consumo energético final de la vivienda. Sin entrar en demasiado detalle, los factores que intervienen en la demanda energética son el emplazamiento (clima), la orientación (radiación solar, vientos), el entorno (sombras proyectadas de edificaciones vecinas), y las características constructivas del edificio (aislamiento de las fachadas y cubiertas, tipo de ventanas y acristalamientos, persianas y protecciones solares, etc.). Para una misma demanda el consumo dependerá del tipo y el rendimiento de las instalaciones: una caldera estándar rinde hasta un 90%, mientras que una de condensación lo hace al 110%.
Este certificado es obligatorio para alquilar y vender viviendas en España desde el mes de Junio, por un Real Decreto que lo que hace es adaptar una directiva comunitaria que persigue promover la eficiencia energética de los edificios y la reducción de las emisiones de CO2 derivadas del su uso. La forma de lograrlo no es obligando a los propietarios a hacer obras sino incorporando la eficiencia energética como elemento de valoración inmobiliaria de forma obligatoria y convirtiendo la eficiencia en un elemento demandado por los compradores y arrendatarios.
El procedimiento es el siguiente:
Fijamos un día para la inspección y la toma de datos. Hacemos la calificación energética con la herramienta oficial. Tan pronto está hecha, proponemos unas medidas de mejora del comportamiento energético de la vivienda, redactamos el informe de calificación y lo registramos en el organismo oficial. En un plazo de entre dos días y una semana nos llega la etiqueta energética y os la remitimos inmediatamente (es un PDF con un número de registro oficial).